Dejé todas las cartas sobre la mesa,
ninguna idea en la cabeza
y una cruz en cada estación.
Flores en cada uno de los adversarios,
polvo de fé en cada mandatario
y mi paciencia en cada confesión.
Cambié mil veces la piel de mi existencia,
día tras día mi débil creencia,
hasta ocultarme de mi desnudez,
y fui portador de un alma odiosa.
Dejé en el aire mi infancia rota
en tres acordes de rock and roll!
No me debo a las proezas de los machistas
ni a la limpieza de los fachistas
ni a los consejos de seguridad
Ni me entrego a los empresarios del cielo
que con sus dietas de carroñeros
siembran desdicha para alimentarse.
Infelizmente no pago sólo con dinero
también pago con lo que más quiero,
con mi tiempo y mi libertad.
También pago todas las recetas de amor
y como un creyente arrodillado voy
hasta el altar a pedir perdón!
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