No me despiertes cuando vengas, y no me hables al oído.
Ya no me sirven tus palabras; Apague el sueño demasiado tembrano.
Deje una carta en la mesa, con muy poca lucidez, pero el amor no se olvida
Toda mi vida rendida a tus pies
Hay momentos que no recuerdo nada,
Hay momentos que no puedo olvidar,
Hay momentos que por las madrugadas, me arrepiento y empiezo a temblar..
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